Me pregunté acerca de la etimología de la palabra «consuelo«: el prefijo «con» significa cooperación y «suelo» viene de «solaz», por lo que consuelo es algo así como «lo que coopera con el solaz». Podríamos describir el consuelo como el alivio de aquello que oprime al ánimo.
¿Sirve la astrología, entre otras cosas, como consuelo? Yo creo que sí, que poner palabras al modo en que se siente el consultante, junto con él, ya es un principio de alivio, una manera de calmar una preocupación desmedida por lo que le pasa. Escuchar de boca del astrólogo que lo que le sucede al que consulta es «pertinente» ( palabra de Eugenio Carutti que tomo prestada), genera aun más alivio. Un terremoto pertinente, un huracán pertinente, una inundación pertinente, son términos que unen al alma con el misterio del tiempo, con la idea de que todo crece en ciclos.
Genera alivio al consultante saber, además, que no sufre todo su yo, sino una parte. Por ejemplo, y en términos astrologicos, la función «luna», el lado más emocional, podría estar afligida por un tránsito de Urano que le obliga a cambiar patrones de conducta que le permiten sentir seguridad. Pero al mismo tiempo que esa parte se siente mal, quizás la función «sol», la que pulsa nuestro ser y lo extrovierte, se puede sentir muy feliz por lo que esta pasando. Porque al soltar zonas de confort puede atreverse a salir al mundo, a mostrarse sin miedo.
Esta relativizacion del sufrimiento, de la ansiedad, de la excesiva preocupación, de la queja desmedida, es un don que se le da muy bien a la astrología. Sin negar, por supuesto, la derivación al psicólogo cuando notamos que es necesario, ya que astrología y psicología no se contradicen, se complementan.
Muchas personas llevan a su terapia herramientas de lenguaje que obtienen de la consulta astrológica. En una oportunidad, cuando trabajaba como periodista, tuve el placer de entrevistar al Dr. Florencio Escardó. Le pregunté que pensaba de las medicinas alternativas y me contestó: «No hay medicinas alternativas. Medicina es la que cura.»
Me encantó su respuesta. No digo yo que la Astrología cure las patologías psicológicas, pero sí que ayuda a transcurrir más sanamente el devenir del yo en el tiempo, las crisis de la edad, las catástrofes «pertinentes» que nos ocurren.
La consulta astrológica permite ampliar la conciencia, ayudando al consultante a que se identifique con nuevos lugares de su carta natal, relativizando el dolor que siente aquella parte con la que se sobre identifica. Alivio para aquello que oprime al ánimo. Consuelo. Y para quienes piensan que » Mal de muchos, consuelo de tontos», los astrólogos sabemos que los signos de los tiempos, los aspectos y posiciones de los astros en el cielo, nos permiten tolerar mejor las locuras de la humanidad. No porque seamos tontos, sino porque intentamos vislumbrar el orden implícito detrás de los fenómenos bastante incomprensibles de lo que vivimos como seres humanos, colectivamente.
Los designios de Dios son misteriosos, pero los lenguajes sagrados nadan de noche, con antiparras y gorra, en ese océano insondable. Para seguir adelante, con el alma menos afligida.
Y motivados por la esperanza, un estado de ánimo casi en extinción.
Adriana Bonazzi
Comentarios recientes